El artículo señala que se prevé que Kash Patel, el nuevo director del FBI, asuma el cargo de jefe interino de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Esto representaría una combinación poco común de liderazgo sobre dos agencias significativas del Departamento de Justicia de EE. UU. La noticia fue revelada por un funcionario del Departamento de Justicia que pidió no ser identificado antes de un anuncio oficial.
Patel fue confirmado como director del FBI durante un periodo de tensiones políticas, con preocupaciones expresadas por parte de los demócratas sobre su inclinación a implementar reformas drásticas en la agencia. La ATF, por su parte, es responsable de la regulación y el cumplimiento de las normativas relacionadas con armas de fuego, explosivos e incendios provocados, y cuenta con aproximadamente 5,500 empleados.
Este movimiento también se produce en un contexto de cambios dentro de la ATF, incluyendo el reciente despido de la abogada principal de la agencia, Pamela Hicks, quien había estado en su puesto durante más de 20 años. La secretaria de Justicia, Pam Bondi, justificó su despido afirmando que la ATF estaba "apuntando a los propietarios de armas". Hicks, en respuesta, destacó que era un gran honor haber servido como la directora jurídica de la ATF.
Este tipo de movimientos dentro de las agencias federales plantea interrogantes sobre la dirección futura de la ATF, especialmente en un momento en que la regulación de armas es un tema candente en el país.