El texto relata la relación entre Juan Villoro y su padre, el filósofo Luis Villoro Toranzo, a partir de la semblanza biográfica escrita por Juan en conmemoración del centenario de su padre. En su obra *La figura del mundo*, Juan Villoro narra cómo Luis Villoro, que llegó a México huyendo de la guerra civil española, fue un hombre de una vida familiar que se percibía distante y poco afectiva, especialmente en su matrimonio. A través de anécdotas familiares y recuerdos personales, se refleja un ambiente de severidad y una constante búsqueda de significado a través de la filosofía.
Luis Villoro, reconocido en el ámbito académico, tuvo un papel activo en la comunidad universitaria y escribió obras significativas sobre el indigenismo y la historia de México. Aunque su relación con Juan contenía momentos de cercanía, también estaba marcada por una serie de expectativas y un fuerte enfoque en la enseñanza filosófica.
El contexto político del México de 1968, momento clave en la vida de Juan, también influenció las dinámicas familiares. Aunque en un inicio se apreciaba la ausencia de una participación directa de Luis en el movimiento estudiantil, se revela que su interés por la política creció posteriormente, involucrándose en la fundación de partidos de izquierda y aportando de diversas maneras a las luchas sociales.
El relato de Juan, además de ser una reflexión sobre su vida y la figura de su padre, también se presenta como un viaje personal que lo llevó a encontrar confort y pasión en la cultura popular, el deporte y la literatura, en contraste con la severidad filosófica que caracterizaba su crianza. A través de su obra, Juan Villoro no solo rinde homenaje a la figura de su padre, sino que también explora la complejidad de las relaciones familiares y la búsqueda del sentido en la vida.