Lamentablemente, la situación de violencia contra las mujeres en Chiapas, como en muchas otras partes del mundo, sigue siendo alarmante. La reciente denuncia del feminicidio de Anel del Carmen Camacho Espinosa eleva a 32 el número de feminicidios en el estado durante este año. Este caso, junto con el de Erik Jiménez Gómez, destaca la necesidad urgente de abordar no solo la violencia de género, sino también de implementar políticas efectivas que prevengan estos crímenes y protejan los derechos de las mujeres.
Las colectivas feministas, como "50 más 1", han comenzado a exigir un análisis más profundo de la situación de alerta de violencia de género en Chiapas, mencionando que las autoridades locales han eludido sus responsabilidades al no tomar medidas adecuadas frente al creciente problema de violencia machista en la región. La falta de atención y acción tiene consecuencias directas, y la continua normalización de la violencia refleja una cultura machista profundamente arraigada, que se agrava por factores sociales, económicos y políticos.
Además, las organizaciones enfatizan que cada vida perdida es más que una cifra. Cada feminicidio es un reflejo de un sistema que perpetúa la impunidad y la discriminación contra las mujeres. Es esencial que, de cara al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las voces de las activistas y las colectivas sean escuchadas, y que se tomen acciones concretas para erradicar la violencia de género en todas sus formas.