La productora A24 ha logrado destacar en el ámbito del cine independiente, combinando un profundo respeto por la cultura alternativa con un enfoque comercial que le ha permitido alcanzar mayor visibilidad. Su nueva película, "Un hombre diferente" (A Different Man), dirigida por Aaron Schimberg y programada para estrenarse en 2024, explora de manera creativa y compleja la lucha interna de un protagonista que busca redefinirse a través de la apariencia física.
La trama se centra en Edward, un actor con neurofibromatosis, interpretado por Sebastián Stan, quien se somete a un tratamiento que le proporciona un nuevo rostro. A lo largo de la historia, Edward asume la identidad de Guy y finge un suicidio para poder integrarse en la vida de la atractiva dramaturga Ingrid (Renate Reinsve). La película utiliza el dispositivo de la “fórmula mágica” y elementos del cine de comedia romántica y ciencia ficción para cuestionar las nociones convencionales de belleza y valor personal.
La narrativa se complica con la aparición de Oswald (Adam Pearson), otro personaje con la misma enfermedad, lo que añade un nivel de complejidad y competencia entre los personajes. Esta dinámica no solo ofrece un examen de los estereotipos de belleza y bondad, sino que también permite una reflexión sobre la identidad y la auto percepción.
A lo largo de la película, la ironía y la profundidad se entrelazan, ya que tanto Edward como el espectador se ven obligados a confrontar sus prejuicios y las realidades de las relaciones humanas. Schimberg, quien también cuenta con experiencias personales relacionadas con la discapacidad, desafía la idea de que la apariencia externa define la calidad o la moralidad de una persona.
"Un hombre diferente" se presenta como una evocadora reflexión sobre el ser humano, la identidad y la compleja dinámica de la aspiración a ser aceptado y querido en sociedades que valoran la apariencia. Esto lo convierte en un trabajo que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión sobre temas relevantes en un mundo donde la superficialidad a menudo prevalece.