A medida que avanza el nuevo año, el entorno regulatorio y de inversión en criptomonedas, particularmente en lo que respecta al bitcoin, podría experimentar cambios significativos en Estados Unidos bajo la administración del presidente electo Donald Trump. Con su postura favorable hacia el bitcoin y el cabildeo en las cámaras estatales aumentando, hay un movimiento hacia la posible aceptación de criptomonedas por parte de entidades gubernamentales y fondos de pensiones.
Los defensores de las criptomonedas argumentan que el bitcoin sirve como una valiosa cobertura contra la inflación, similar al oro, sugiriendo que un mayor reconocimiento y respaldo gubernamental podría ayudar a estabilizar su precio y aumentar su legitimidad. Sin embargo, hay responsables de inversión y críticos que advierten sobre la naturaleza especulativa de las criptomonedas, señalando que su futuro es incierto y que los riesgos de perder dinero son altos.
A pesar de la creciente popularidad de los activos digitales, pocos fondos públicos de pensiones han decidido invertir en ellos. Recientemente, un estudio de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EE. UU. subrayó la "volatilidad excepcionalmente alta" de las criptomonedas y la falta de un enfoque estandarizado para medir su rendimiento futuro.
El 2023 ha sido un año notable para el bitcoin, alcanzando la marca de 100 mil dólares y ganando impulso con la aprobación por parte de la Comisión del Mercado de Valores para los primeros fondos cotizados en bolsa que incorporan bitcoins. Con la administración Trump hablando de convertir a EE. UU. en una líder global en el ámbito del bitcoin, el panorama para las criptomonedas en el país podría estar listo para dar un giro significativo. En consecuencia, es posible que se introduzcan más leyes y regulaciones que den forma a la forma en que las inversiones en criptomonedas se integran en los sistemas financieros y de pensiones.