El debut del equipo varonil de voleibol de playa de Países Bajos en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado controversia, principalmente debido a la presencia de Steven van de Velde, un jugador con un pasado criminal por violación. La situación ha suscitado reacciones negativas del público, que abucheó a Van de Velde durante el partido contra Italia.
Van de Velde fue condenado en 2015 por violación de una niña de 12 años, un delito que cometió en 2014. A pesar de haber cumplido una condena de 13 meses en prisión, su participación en los Juegos Olímpicos ha levantado inquietudes sobre la posibilidad de ofrecer una segunda oportunidad a alguien con un historial tan grave. El Comité Olímpico Neerlandés ha defendido su decisión de permitir que Van de Velde compita, argumentando que el atleta ha cumplido con las condiciones necesarias y ha hecho lo requerido para volver a su carrera deportiva.
El portavoz del equipo expresó que la decisión de no permitir que Van de Velde hable con los medios durante estos Juegos fue tomada para asegurar que pudiera concentrarse en su rendimiento deportivo. A pesar de las críticas y la controversia, el comité olímpico neerlandés parece estar firme en su postura de apoyar al atleta, destacando que, según ellos, él ha pagado su deuda con la sociedad.
Este caso ha reavivado el debate sobre cómo abordar la reintegración de criminales, especialmente aquellos que han cometido delitos sexuales, y la responsabilidad de las organizaciones deportivas en este contexto.