Un informante de la CIA infiltró la izquierda mexicana para culpar a Cuba del homicidio de JFK

La reciente orden ejecutiva firmada por Donald Trump para desclasificar los archivos relacionados con el asesinato de John F. Kennedy ha generado expectativa sobre la potencial revelación de información histórica y la relación entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos y la extinta Dirección Federal de Seguridad de México. Entre los documentos desclasificados, destaca el caso de Gilberto Nolasco Alvarado Ugarte, un informante de la CIA y desertor del servicio de inteligencia nicaragüense, quien en 1963 se infiltró en México con el objetivo de monitorear organizaciones de izquierda.
Alvarado informó a la embajada estadounidense sobre una reunión en el consulado cubano en la que vio a Lee Harvey Oswald, acusado del asesinato de Kennedy. Esta información avivó teorías sobre una posible conspiración cubana en el asesinato, lo que llevó al presidente Lyndon Johnson y al FBI a tomar el control de las investigaciones. Sin embargo, a pesar de la presión para validar la historia de Alvarado, la CIA, bajo la dirección de Winston Scott, mantuvo una postura cautelosa, indicando que sus declaraciones parecían poco confiables y solicitando más pruebas antes de proceder.
Este caso ilustra no solo la complejidad de la narrativa en torno al asesinato de Kennedy, sino también las intrincadas relaciones de espionaje y los desafíos en la veracidad de la información manejada por diferentes agencias. La desclasificación de más documentos podría ofrecer una luz adicional sobre estos eventos y las interacciones entre gobiernos y agencias de inteligencia durante un periodo crítico de la Guerra Fría.

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