El artículo que compartes describe la difícil situación de un grupo de desplazados tsotsiles de la comunidad de Tzanembolom, en el municipio de Chenalhó, Chiapas. Estas 61 familias, que se vieron forzadas a abandonar su hogar debido a la violencia en julio pasado, han estado viviendo en condiciones precarias en la Casa de la Cultura de Chenalhó. Desde noviembre, han dejado de recibir asistencia humanitaria adecuada y han expresado su desamparo y sufrimiento debido a la falta de apoyo por parte de las autoridades locales y estatales.
Los desplazados han denunciado que mientras ellos padecen la falta de alimentos y recursos básicos, algunos de los responsables de la violencia en su comunidad están aprovechándose de su situación vendiendo sus tierras y productos. A pesar de los intentos por parte de este grupo de obtener ayuda del gobierno, su situación sigue siendo crítica, ya que no solo han solicitado asistencia alimentaria, sino que también enfrentan problemas de seguridad al considerar regresar a sus hogares, donde la amenaza de violencia persiste.
La respuesta de las autoridades ha sido insuficiente, a pesar de las promesas de apoyo y de contar con la presencia de fuerzas de seguridad en la zona. Los desplazados han indicado que su situación es desesperante, mencionando que su dieta actual consiste en maíz en mal estado.
Este caso destaca la urgencia de una respuesta humanitaria efectiva por parte del gobierno y la necesidad de garantizar la seguridad de las comunidades afectadas por la violencia.