La situación en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México refleja un ambiente tenso y de confrontación respecto a la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde el 2 de septiembre, los trabajadores de la SCJN han estado en paro en respuesta a esta reforma, un movimiento que culminó en el cierre del edificio de la corte. Este cierre fue llevado a cabo por los miembros del Colegio de Secretarios, quienes, junto con la mayoría de los ministros, han decidido suspender labores temporariamente.
A pesar de esta suspensión, se ha indicado que se continuarán tramitando asuntos urgentes a través de equipos que operan de manera remota, lo que sugiere que, aunque el trabajo físico en el edificio se haya detenido, la actividad judicial no se paraliza por completo.
El debate interno en la SCJN también se ha intensificado, con voces disidentes entre las ministras cercanas al presidente, quienes critican a sus colegas y levantan la posibilidad de un juicio político en caso de que no apoyen la reforma. Esto ha causado una división notable dentro del máximo tribunal del país.
Mientras tanto, la Cámara de Diputados ha aprobado la reforma en general y en particular, lo cual significa que pronto será discutida en el Senado. La forma en que avancen estas discusiones y la respuesta de la SCJN y los trabajadores del Poder Judicial ante la reforma serán fundamentales para el futuro del sistema judicial en México.