La situación de violencia en Tabasco ha escalado en las últimas semanas, reflejando un preocupante aumento de la inseguridad en la región. Recientemente, un ataque armado contra dos agentes de la Fiscalía General del estado ocurrió en una gasolinera, donde los oficiales resultaron heridos, aunque lograron repeler la agresión. Además, se reportaron dos ejecuciones en diferentes localidades, así como la quema de un establecimiento Oxxo por parte de hombres armados y la instalación de ponchallantas en las carreteras, lo que agrava aún más la situación.
La crisis de seguridad en el estado ha llevado al gobernador Javier May Rodríguez a cuestionar a las administraciones anteriores sobre posibles pactos con el crimen organizado, evidenciando la preocupación por el vínculo entre la política y la violencia en la región. En respuesta a la crisis, la presidenta nacional del partido Morena, María Luisa Alcalde Luján, defendió al gobierno de Tabasco, sugiriendo que existe una campaña de desprestigio relacionada con la percepción de inseguridad en el estado.
Estos hechos resaltan la complejidad de la situación de seguridad en Tabasco y los desafíos que enfrenta el gobierno local para restablecer la paz y la confianza en la comunidad.