El hallazgo de un laboratorio de fentanilo en Sonora ha generado preocupación y ha llamado la atención del gobierno de Estados Unidos, que busca frenar el tráfico de este opioide. A pesar de que oficialmente se ha negado que el fentanilo se produzca en México, se ha descubierto un laboratorio en San Luis Río Colorado, donde se procesaba este tipo de droga.
Francisco Sergio Méndez, delegado de la Fiscalía General de la República en Sonora, indicó que el laboratorio podría estar vinculado a grupos criminales de Culiacán, lo que sugiere una posible expansión de las operaciones de producción de fentanilo hacia el norte del país. Este fenómeno se describe como un "efecto cucaracha", donde las organizaciones criminales se trasladan a nuevas áreas ante la presión de las autoridades en sus territorios originales.
El resultado de estos operativos ha llevado a las autoridades a solicitar prisión preventiva para quienes están involucrados en la fabricación de fentanilo y otros delitos relacionados. Este descubrimiento plantea interrogantes sobre la producción de fentanilo en México, especialmente a la luz de comentarios recientes del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien cuestionó si la droga se fabrica en el país o simplemente se troquela (compacta) para su distribución.
Además, la situación de Sonora se enmarca en un patrón más amplio en la frontera norte de México, donde otras entidades, como Chihuahua, han reportado la aparición de laboratorios clandestinos dedicados a la producción de fentanilo y otras drogas sintéticas. La complejidad del problema subraya tanto la necesidad de una respuesta contundente por parte de las autoridades como la preocupación en ambos lados de la frontera sobre el creciente tráfico y producción de esta peligrosa sustancia.