El 1 de octubre marcó un momento significativo en la política mexicana, ya que Claudia Sheinbaum, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pronunció su primer discurso como presidenta de México en el Zócalo. Desde temprano, simpatizantes y militantes de Morena se congregaron en el emblemático lugar, luciendo los colores guinda y blanco del partido oficialista, y participando en un ambiente festivo que incluía música, familias reunidas y actividades coloridas, como la presencia de una muñeca gigante de Sheinbaum.
Para garantizar el orden y la seguridad del evento, las autoridades implementaron medidas, incluyendo la instalación de vallas que guiaban el flujo de personas hacia la plancha del Zócalo, que se iba llenando a medida que avanzaba la celebración del cambio de poder. Además, los comerciantes locales aprovecharon la ocasión para ofrecer a los asistentes productos relacionados con los líderes políticos, como camisetas y otros souvenirs con las imágenes de Sheinbaum y del ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
El evento no solo fue una celebración, sino también un respaldo a la nueva presidenta, quien ya había rendido protesta ante el Congreso de la Unión y recibió simbólicamente la banda presidencial de Ifigenia Martínez, destacando la continuidad política del movimiento que encabeza. Este día representa un nuevo capítulo en la historia política de México, con Sheinbaum asumiendo un rol protagónico en la dirigencia del país.