El evento conocido como el "Culiacanazo" marcó un momento crítico en la lucha contra el narcotráfico en México, específicamente relacionado con el cártel de Sinaloa. Ocurrió el 17 de octubre de 2019, cuando un operativo federal para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, fracasó debido a la feroz respuesta de los grupos del crimen organizado. Durante ese día, la capital de Sinaloa se vio envuelta en un tiroteo masivo, donde el crimen organizado demostró su poder al implementar una estrategia de intimidación que incluyó la exhibición de armamento pesado.
El caos que siguió a este operativo no solo interrumpió la vida cotidiana en Culiacán, sino que también reveló la fragilidad de la seguridad en la región y planteó preguntas sobre la efectividad de la estrategia del gobierno mexicano para combatir al narcotráfico. A lo largo de los años, la violencia y el desafío de las autoridades por parte del crimen organizado se han mantenido, incluso tras la captura y posterior sentencia de figuras clave del cártel como "El Chapo".
El presente contexto se agrava con la reciente presentación de Ismael "El Mayo" Zambada ante un juez en Estados Unidos, lo que podría dar lugar a un juicio importante que tenga repercusiones tanto en la esfera judicial como en la dinámica del narcotráfico en México. Esta situación es el resultado de un entramado complejo de traiciones, alianzas y enfrentamientos en el seno de uno de los cárteles más poderosos del mundo.