La situación en torno a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ha persistido durante años, generando un profundo dolor y una búsqueda incesante de verdad y justicia por parte de los padres y madres de los estudiantes. En su reciente marcha, los familiares expresaron su descontento no solo con el gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador, sino también con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, advirtiendo que sus exigencias no cesarán hasta que se esclarezca el caso y se garantice justicia.
La marcha, realizada bajo condiciones adversas de lluvia, simboliza la resiliencia y la determinación de los padres para continuar la lucha. La presencia de bloques de concreto en el zócalo capitalino, que impidieron el acceso directo a la plaza, fue vista como un obstáculo más en su camino, lo que intensifica su sentido de frustración y traición. Los padres no solo demandan justicia por la desaparición de sus hijos, sino que cuestionan la falta de acción del gobierno y del Ejército, a quienes acusan de haber estado involucrados en esta tragedia.
Las palabras de Mario González, Hilda Leguideño y Emiliano Navarrete reflejan un sentimiento generalizado entre los familiares: un llamado a la responsabilidad, a la transparencia y a la reparación del daño. La retórica de la traición y la exigencia de justicia se repiten en su discurso, enfatizando que continuarán su lucha sin importar los obstáculos que encuentren en su camino.
A menos de un año de que se cumpla el décimo aniversario de la desaparición de los normalistas, la respuesta del gobierno y las promesas no cumplidas resuenan con fuerza en las calles de la Ciudad de México, donde las voces de los padres siguen siendo un eco constante de la búsqueda de la verdad.