Dieta y ejercicio en la infancia reducen ansiedad en la edad adulta

Los resultados de la investigación ofrecen oportunidades decisivas para intervenir en los hábitos de la infancia y “pueden ser relevantes para comprender los efectos potenciales de las reducciones de actividad y los cambios dietéticos asociados a la obesidad”, ha asegurado el fisiólogo evolutivo, Theodore Garland.

Dieta y ejercicio en la infancia reducen ansiedad en la edad adulta

El ejercicio y una dieta saludable en las primeras etapas de la vida reducen la ansiedad en la edad adulta y provocan un aumento de la masa muscular y cerebral, según un estudio de la Universidad de California-Riverside Estados Unidos realizado en ratones.

Por el contrario, los investigadores advierten de que, cuando los ratones se alimentaron con dietas de estilo “occidental”, esto es, ricas en grasa y azúcar, no solo engordaron, sino que se convirtieron en adultos que preferían los alimentos poco saludables.

Así, aunque la dieta y el ejercicio se recomiendan sistemáticamente como formas de promover la salud, este estudio es el primero que examina los efectos combinados y duraderos de ambos factores cuando se experimentan en las primeras etapas de la vida.

Estos resultados se han publicado recientemente en la revista Physiology and Behavior. Para obtenerlos, los investigadores dividieron a los ratones jóvenes en cuatro grupos: los que tenían acceso al ejercicio, los que no lo tenían, los que se alimentaban con una dieta estándar y saludable y los que seguían una dieta occidental.



La leptina, es producida por las células grasas. Ayuda a controlar el peso corporal aumentando el gasto energético y señalando que se necesita menos comida. Así, el ejercicio en la infancia aumentó los niveles de leptina en la edad adulta, así como la masa grasa en los ratones adultos, independientemente de la dieta que siguieran.

En otras palabras, empezar con la salud en los primeros años de vida es extremadamente importante, y las intervenciones pueden ser aún más críticas tras la pandemia. “Durante los cierres de COVID-19, especialmente en los primeros meses, los niños hacían muy poco ejercicio. Para muchos que no tenían acceso a un parque o a un patio, la escuela era su única fuente de actividad física”, ha recordado Cadney. “Es importante que encontremos soluciones para estos niños, que posiblemente incluyan una atención adicional cuando se conviertan en adultos”, ha aseverado.

Dado que también se ha demostrado que el ejercicio reduce la ansiedad en la edad adulta, Cadney cree que los niños que se enfrentan a estos problemas pueden tener que enfrentarse a problemas de salud física y mental únicos cuando se conviertan en adultos en la próxima década.



Con información de Sin Embargo

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