Lamentablemente, el incidente que ocurrió en Gómez Palacio, Durango, durante una celebración de quince años, es un triste recordatorio de los peligros que pueden presentarse en entornos de diversión acuática. El ahogamiento del niño de 11 años, quien fue encontrado inconsciente en la alberca, refleja la importancia de la supervisión constante de los menores en situaciones donde hay agua.
Después de ser rescate, el menor fue llevado al Hospital número 51 del IMSS, donde se confirmó su deceso. Las autoridades están llevando a cabo las investigaciones pertinentes y el cuerpo ha sido enviado al servicio médico forense para la necropsia correspondiente. Este tipo de tragedias resalta la necesidad de implementar medidas de seguridad en las albercas y garantizar que siempre haya adultos vigilando a los niños para prevenir accidentes similares en el futuro.
Es un momento doloroso para la familia y la comunidad, y nuestras condolencias son con ellos en este momento difícil.