México parece abandonar la estrategia de “abrazos, no balazos” ante la violencia en el país

El enfoque de "abrazos, no balazos" de México, promovido por el expresidente López Obrador, se centraba en atacar las causas sociales de la delincuencia a través de programas y beneficios sociales en lugar de confrontar directamente a los cárteles con la fuerza militar. Este enfoque, sin embargo, ha enfrentado críticas debido a la creciente violencia y la expansión del control de los cárteles en varias regiones del país.
Con la llegada de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, hay señales de un cambio en la estrategia, con un mayor uso de la fuerza militar para enfrentar a los cárteles. Esto sucede en un contexto donde los cárteles han evolucionado, diversificándose en actividades delictivas y aumentando su capacidad operativa, incluyendo el reclutamiento de extranjeros y adolescentes.
Los recientes enfrentamientos violentos, donde fuerzas de seguridad han disparado a convoyes supuestamente ligados a los cárteles, han resultado en un número alarmante de muertes de transeúntes y migrantes, lo cual plantea serias preocupaciones sobre el uso de la fuerza y el impacto en la población civil.
Sheinbaum, aunque ha prometido continuar con muchas de las políticas de López Obrador, ha tenido que maniobrar cuidadosamente su discurso para distanciarse de la noción de "abrazos" en relación con los criminales, afirmando que su enfoque está destinado a proteger a los jóvenes vulnerables de la violencia y la delincuencia. Esto indica una posible intención de implementar una estrategia más agresiva en la lucha contra el crimen organizado, mientras sigue reconociendo la importancia de abordar los problemas sociales que influyen en la inseguridad.

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