La muerte de Luis Ángel Hernández Morales ha generado preocupaciones y confusiones en Puebla, dado que las circunstancias exactas que rodean su fallecimiento son inciertas. El joven de 22 años, estudiante de la Universidad Politécnica Metropolitana, fue visto por última vez el 17 de octubre en el bar “Una y ya”, donde fue escoltado a la salida por un guardia de seguridad tras haberse levantado para ir al baño. Después de ese momento, su paradero fue desconocido durante nueve días, tiempo en el cual su familia y amigos realizaron esfuerzos para encontrarlo, incluyendo marchas para exigir a las autoridades que intensificaran la búsqueda.
El fiscal general de Puebla, Gilberto Higuera Bernal, ha declarado que la causa de muerte fue un traumatismo craneoencefálico, pero no ha sido posible determinar hasta ahora si este daño fue resultado de un accidente o si se trató de un acto violento. Actualmente, se están recopilando más datos para entender cómo el joven terminó en el río Atoyac, donde su cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición.
La investigación sigue en curso, y las autoridades están intentando desentrañar la línea de eventos que llevaron a su trágico desenlace.