En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, miles de católicos de las Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez realizaron una marcha-peregrinación para exigir al gobierno que detenga la violencia y el desplazamiento forzado que ha sufrido la población a causa de los cárteles de la droga. La movilización, liderada por obispos y sacerdotes, tuvo lugar para visibilizar a las víctimas de esta violencia, la cual ha sido minimizada e ignorada por quienes tienen la responsabilidad de actuar.
Los participantes, portando banderas blancas y acompañados de música tradicional, partieron del santuario al Papa Juan Pablo II y concluyeron con una celebración en la Catedral de San Marcos. En sus declaraciones, el sacerdote Gilberto Hernández García enfatizó la necesidad de que las autoridades tomen acción real para asegurar el retorno seguro y justo de las familias desplazadas.
Desde finales de 2023, las diócesis han señalado un aumento en la violencia generada por los cárteles en varios municipios de Chiapas, resultando en un desplazamiento forzado hacia otras áreas, incluyendo Guatemala. Durante la marcha, se criticaron no solo estas violencias, sino también los "megaproyectos de muerte" y la falta de reconocimiento por parte del gobierno del desplazamiento forzado debido a la violencia organizada, al que se refiere como situaciones de vulnerabilidad sin el debido contexto.
Este acontecimiento busca poner de relieve la urgencia de atención y acción por parte de las autoridades para resolver la crisis de violencia y desplazamiento en la región.