Madre del caso Ayotzinapa: “Hemos perdido todo, pero no es nada comparado con que te quiten un hijo”

El relato de Hilda Leguideño Vargas es profundamente conmovedor, revelando el dolor y la lucha constante que enfrenta tras la desaparición de su hijo, Jorge Antonio Tizapa Leguideño, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. La pérdida de su hogar, su salud y su tienda subraya el impacto traumático que la desaparición de un ser querido puede tener en la vida de una madre y su familia.
Hilda se aferra a los recuerdos y sueños de su hijo, que la mantienen viva en medio de la desesperación. Los sueños donde él aparece son un vínculo emocional significativo que la ayuda a sobrellevar su ausencia, además de ser un motor para continuar su búsqueda y luchar por la justicia. La perseverancia de Hilda es digna de admiración y refleja la resiliencia de muchas familias que enfrentan la misma tragedia.
El hecho de que sus otros hijos, Iván y Karol, también se inspiren en la memoria de Jorge Antonio para seguir adelante con sus estudios y carreras resalta cómo el legado de los desaparecidos impulsa a las familias a buscar un futuro mejor, a pesar del dolor que llevan consigo. La preparación de Hilda para la semana de lucha indica su compromiso inquebrantable por exigir respuestas y la presentación con vida de los jóvenes desaparecidos, un evento que sigue siendo crucial en la lucha por la verdad y la justicia en México.
La búsqueda de Hilda, que la llevó a viajar a Mexicali en la esperanza de encontrar a su hijo, ilustra el desesperado deseo de las familias de saber lo que ha sucedido con sus seres queridos y la lucha continua por visibilidad en un contexto donde muchas veces se silencia la voz de las víctimas.

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