El presidente Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que en su administración no se ha establecido un "narcoestado" en México y ha defendido la actuación de las fuerzas armadas en el combate a la delincuencia organizada. Durante su discurso, resaltó la importancia de la inteligencia sobre la fuerza bruta en la lucha contra el crimen, destacando una reducción en el número de enfrentamientos y en el índice de letalidad en comparación con el pasado.
López Obrador presentó cifras que comparan sus resultados con los de administraciones anteriores, especialmente la de Felipe Calderón, donde en 2011 se registraron más de mil enfrentamientos que resultaron en un gran número de muertes y heridos. En contraste, el año pasado se reportaron menos de la mitad de dichos enfrentamientos, con un claro descenso en el número de fallecidos y heridos, lo que sugiere un enfoque más cuidadoso y respetuoso respecto a la vida en sus operaciones.
Además, el presidente enfatizó el compromiso de su gobierno por evitar el contubernio entre autoridades y criminales, algo que considera crucial para la seguridad pública. Agradeció el apoyo de los secretarios de la Defensa y de Marina por su papel en la estrategia de seguridad del país.