Ricardo Anaya, tras un periodo de tres años de exilio voluntario por una acusación de soborno que no prosperó, ha regresado a la política y ahora ocupa una curul en el Senado. Se ha estado moviendo con agilidad entre los senadores, interactuando tanto con miembros del PRI como de Morena, mostrando su intención de influir en los debates legislativos actuales, que están dominados por iniciativas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Las reformas más recientes incluyen la reforma judicial y la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A pesar de la resistencia de la oposición, liderada en parte por Anaya, el partido Morena, ahora con una mayoría calificada tras la inclusión del expanista Miguel Ángel Yunes Márquez, parece estar en una posición sólida para seguir impulsando su agenda legislativa.
Anaya reconoce que la oposición enfrenta un desafío significativo para consolidarse como una alternativa viable ante el dominio de Morena, resaltando la necesidad de ganar la confianza de la población a través de acciones concretas de aquí a las elecciones intermedias de 2027. La situación actual presenta un panorama complicado para los partidos de oposición, que deben encontrar formas de fortalecer su presencia y propuesta en un contexto donde el partido oficialista avanza con su agenda.