La situación en la cárcel de Aguaruto, ubicada en Culiacán, Sinaloa, ha llamado la atención por las condiciones inusuales que se han reportado entre los internos, quienes aparentemente tienen acceso a lujos y tecnología que no deberían estar disponibles en un penal. Según informes, se han encontrado artículos de lujo, tecnología de alta gama, incluyendo internet satelital a través de Starlink, y hasta equipos de radiocomunicación. Estos hallazgos son el resultado de varias inspecciones realizadas entre el 15 de enero y el 14 de febrero, que también han revelado la presencia de armas blancas y drogas.
La situación ha llevado a la destitución del director del penal, Adrián Zapién Arenas, quien fue relevado de su cargo el 18 de febrero, después de sólo tres meses en el puesto. Su sustituto, José Israel López Escandón, proviene del penal de Mazatlán, y este cambio en la dirección del penal es parte de un ciclo que ha visto a cinco directores en tres años, sin que se haya logrado resolver los problemas de contrabando de drogas, armas y equipos tecnológicos.
Adrián Zapién estaba bajo investigación por parte de Asuntos Internos y de la Fiscalía General del Estado. Su nombramiento había sido controvertido, ya que se le vincula con el Cártel Jalisco Nueva Generación durante su tiempo en Michoacán, lo cual no impidió que le dieran el cargo en Culiacán.
Estos eventos ponen de manifiesto los desafíos serios que enfrenta el sistema penitenciario en Sinaloa y la necesidad urgente de abordar la corrupción y la falta de control dentro de las cárceles.