Beatriz Gutiérrez Müller, historiadora y esposa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado que no tiene interés en ocupar un cargo público y considera que su participación en la esfera pública ha sido suficiente. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de cambiar de opinión en el futuro, afirmando que “nunca hay que decir nunca”. Aclaró que se ve a sí misma como un "accidente en la política" y enfatizó su deseo de distanciarse del estereotipo de las esposas de funcionarios, rechazando la etiqueta de primera dama.
En cuanto a las críticas y ataques que ha recibido, Gutiérrez Müller se siente molesta, pero sostiene que su compromiso con el republicanismo es lo que la motiva. A pesar de experimentar un "pánico escénico" en situaciones públicas, menciona que trabaja en ello, y subraya que no se ofrecería a ser una figura pública por voluntad propia. Destacó que su esposo, el presidente, es quien fue elegido por el pueblo y no su familia.
Además, Gutiérrez Müller describió su relación con López Obrador como una unión sólida que ha enfrentado diversas crisis y momentos difíciles. Ella respeta el deseo del presidente de estar en Palenque, y aunque ha sido un gran opositor y ha tenido que lidiar con muchas decepciones, cree que merece estar en un lugar donde se sienta feliz y en paz. Por su parte, Gutiérrez Müller permanece en la Ciudad de México debido a su responsabilidad como madre y porque todavía les queda un trabajo importante por delante con su hijo menor, quien pronto podrá decidir sobre su educación.