La situación en Teuchitlán, Jalisco, es preocupante tras los recientes descubrimientos realizados por colectivos de búsqueda. A pesar de las afirmaciones del fiscal de Jalisco, Salvador González de los Santos, sobre la búsqueda realizada en el rancho Izaguirre tras un enfrentamiento con la Guardia Nacional, los hallazgos posteriores de seis fosas clandestinas y condiciones que sugieren la operación de un centro de adiestramiento del crimen organizado han puesto en entredicho la efectividad de las labores iniciales de la Fiscalía.
El fiscal reconoció que las operaciones de búsqueda realizadas en septiembre resultaron insuficientes y anunció el inicio de investigaciones para determinar posibles omisiones por parte de las autoridades involucradas. Este reconocimiento de fallas es un paso importante hacia la rendición de cuentas, aunque la preocupación radica en cómo se permitirá que estas omisiones se resolvan y se eviten en el futuro.
Los hallazgos recientes no solo revelan la magnitud del problema del crimen organizado en la región, sino que también subrayan la necesidad de mejorar la coordinación y efectividad de las fuerzas de seguridad y de la Fiscalía en la búsqueda de justicia y en la protección de los derechos humanos. La comunidad espera que las investigaciones sean llevadas a cabo con la mayor transparencia y rigor posible.