FIFA suspende un año a la entrenadora de Canadá femenil por espionaje en los Juegos Olímpicos

La controversia en el fútbol femenino en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha marcado un inicio tumultuoso para la Selección Canadiense. Tras una victoria inicial frente a Nueva Zelanda, la atención se centró en un escándalo de espionaje que implicó a miembros del cuerpo técnico canadiense, específicamente a la auxiliar técnica Jasmine Mander y al analista Joey Lombardi. Utilizaron un dron para observar un entrenamiento del equipo neozelandés, lo que desató acusaciones de conducta inapropiada.
La reacción de la Federación Canadiense de Fútbol fue rápida; ambos colaboradores fueron enviados de regreso a Canadá. Sin embargo, Beverly Priestman, la entrenadora, también se vio involucrada en la controversia. Aunque afirmó no tener conocimiento de las acciones de sus asistentes, decidió no ocupar su lugar en el banquillo durante el partido tras el incidente.
El Comité Olímpico Internacional (COI) investigó las acusaciones y, en su resolución, determinó que tanto Mander y Lombardi como Priestman eran responsables. Como resultado, el Comité Olímpico Canadiense tomó la decisión de despedir a Priestman. Además, se restaron seis puntos a Canadá en el torneo, lo que significa que su victoria sobre Nueva Zelanda no se contabiliza, complicando su camino en la competición, ya que aún les queda enfrentar a selecciones de gran nivel como Francia y Colombia.
Además de las sanciones del COI, la FIFA también emitió castigos, imponiendo una multa de 226 mil dólares a la Federación Canadiense de Fútbol y suspendiendo por un año a Priestman, Lombardi y Mander de cualquier competencia oficial. Esto plantea un escenario difícil para la selección canadiense, que buscará defender su título olímpico mientras lidia con las repercusiones de este escándalo.

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