Familiares de María Candelaria denuncian acoso ministerial tras linchamiento de su presunto asesino
El trágico caso de María Candelaria Sosa ha conmovido a su familia y a la comunidad de Tekit, Yucatán. A los 69 años, María era una mujer que disfrutaba de momentos sencillos como jugar lotería con sus hijas y tenía un espíritu generoso al compartir alimentos con su numerosa familia. A pesar de sus problemas de salud, especialmente con la diabetes, había logrado recuperarse y retomar su vida cotidiana, lo que hace aún más dolorosa su muerte a manos de un presunto feminicida.
La denuncia de violencia de género y la lucha de su familia por buscar justicia han tenido un costo emocional significativo. Además de su dolor por la pérdida, su familia ha enfrentado situaciones que complican aún más su duelo, como el acoso que denuncian por parte de las autoridades y el trato que han recibido de la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General. Estos eventos han causado angustia y desconfianza en un momento en que solo desean recordar a María con tranquilidad.
A medida que la familia intentaba realizar un acto de conmemoración en su honor, el hecho de ser abordados por oficiales para declarar refleja una falta de sensibilidad ante su situación. La falta de respuestas claras en torno a su asesinato, así como las versiones contradictorias sobre las circunstancias de su muerte, han generado confusión y frustración en su entorno. La relación que se menciona con el narcomenudeo es rechazada por sus allegados, quienes creen firmemente que María no tenía conexión con actividades delictivas.
Este caso evidencia no solo la violencia que enfrentan muchas mujeres en la sociedad, sino también las dificultades que las familias atraviesan en la búsqueda de justicia, y la importancia de apoyar su proceso de duelo en lugar de agravar su dolor con situaciones añadidas de estrés y angustia. La comunidad y las autoridades deben reflexionar sobre cómo apoyar a las víctimas y sus familias en estos momentos críticos.
Comentarios