La situación de las desapariciones en Chiapas, donde diez guatemaltecos, incluyendo un menor de 17 años, desaparecieron en noviembre de 2023, ha generado un profundo dolor y angustia entre sus familiares. Estos hombres y el joven viajaron de Cuyotenango, Guatemala, a Chiapas, México, para realizar actividades comerciales habituales, vendiendo aves de corral y servicios de telefonía. Desde su desaparición el 16 de noviembre, los familiares han enfrentado numerosos obstáculos en la búsqueda de sus seres queridos.
Durante una conferencia de prensa transmitida desde Ciudad de Guatemala y respaldada por organizaciones de derechos humanos como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, los familiares, en su mayoría mujeres, expresaron su frustración y dolor. Débora Rosales, hermana de uno de los desaparecidos, enfatizó el impacto emocional devastador que esta situación ha tenido en sus vidas y la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades mexicanas.
Efraín Rosales, padre de Dan, también lamentó la falta de diligencia en la investigación y un sentido general de impotencia que ha afectado la estabilidad económica de las familias. Las madres, esposas y hermanas de los desaparecidos han solicitado a los gobiernos de Guatemala y México que eliminen los obstáculos que han encontrado y que se realicen esfuerzos concretos para localizarlos, ya que han pasado más de ocho meses sin saber de ellos.
Thelma Porón, otra de las familiares presentes, pidió ayuda a las autoridades, señalando la angustia de no tener ningún rastro de sus seres queridos después de tanto tiempo. Este caso destaca la problemática de las desapariciones forzadas en la región y la necesidad urgente de una respuesta efectiva de los gobiernos involucrados para garantizar la búsqueda y localización de las personas desaparecidas.