La situación de Ana Campa, jugadora del León en la Liga MX Femenil, ha puesto de relieve la atención médica en el fútbol femenino en México, especialmente en lo que se refiere a la medicina del deporte. La denuncia de Campa sobre un daño permanente en el ojo derecho después de recibir un balonazo durante un entrenamiento ha generado cuestionamientos sobre la capacitación y la experiencia del personal médico que la atendió tras el accidente.
En abril de este año, Campa publicó su experiencia tras el incidente ocurrido en septiembre de 2023, cuando un balón le impactó en el rostro. A pesar del dolor intenso y de los problemas visuales que experimentó tras el golpe, recibió atención médica que consistió en aplicar hielo y la recomendación de tomar Ibuprofeno, sin recibir una evaluación más exhaustiva. Pasaron dos semanas antes de que un especialista confirmara que tenía la retina rota y requirió cirugía de emergencia.
La información revelada indica que solo cinco de los 18 médicos del equipo León cuentan con especialidad en medicina del deporte, lo que puede haber influido en la calidad de la atención brindada. La doctora Luz Pérez Villegas, quien atendió a Campa, era una profesional reciente en el ámbito del fútbol y carecía de la especialización necesaria para tratar este tipo de lesiones de forma inmediata y adecuada.
Expertos en medicina del deporte, como el doctor Héctor Tlatoa, han señalado que casos como este requieren un criterio profesional sólido y un protocolo de actuación claro, especialmente en situaciones de posible conmoción cerebral, que no fue considerado en el caso de Campa. La falta de atención adecuada y el posterior sufrimiento de la jugadora resaltan la importancia de mejorar las condiciones de atención médica en el deporte femenino, asegurando que el personal esté capacitado y preparado para manejar lesiones complejas.
Campa ha criticado la indiferencia del club hacia su situación y ha asumido los gastos de su tratamiento, mientras que el club ha refutado las acusaciones, afirmando que se le brindó atención adecuada. Esta controversia pone de manifiesto la necesidad de que las instituciones deportivas prioricen la salud de sus atletas y aseguren que el personal médico esté debidamente calificado para actuar en situaciones críticas.