El peso mexicano tuvo una semana positiva, apreciándose en 78.42 centavos, lo que representa un aumento del 3.92% en comparación con el cierre de la semana anterior. A pesar de la volatilidad y de momentos en los que superó la barrera de los 20 pesos por dólar, el peso se benefició de un creciente apetito por el riesgo en los mercados internacionales, impulsado por datos sobre la inflación en Estados Unidos.
Recientemente, la Reserva Federal reportó que el índice de precios al consumidor (IPC) en EE.UU. subió solo un 0.2% en agosto, y a nivel anual, la inflación disminuyó al 2.5%. Este resultado ha llevado a especulaciones acerca de posibles recortes en las tasas de interés, con analistas anticipando una disminución de 25 puntos base o incluso más.
El debilitamiento del dólar y las expectativas de los inversionistas han favorecido al peso, que, a pesar de algunos altibajos tras la aprobación de reformas en el Poder Judicial, logró estabilizarse, moviéndose dentro de un rango de 19.2050 a 19.3180 pesos por dólar en la última jornada.