El nombramiento de Rutilio Escandón, un día después del exhorto del canciller a la “ética”
El reciente nombramiento de Rutilio Escandón Cadenas como cónsul general de México en Miami ha suscitado críticas y controversias, especialmente a la luz del discurso sobre ética en la diplomacia pronunciado por el canciller Juan Ramón de la Fuente. Escandón, quien fue gobernador de Chiapas, llega a este puesto sin formar parte del Servicio Exterior Mexicano, lo que pone de relieve la práctica continua de designar a políticos en roles diplomáticos como recompensa por lealtades y apoyos políticos.
Este tipo de nombramientos no es nuevo en el contexto político de México. Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, se observó una tendencia similar, donde exgobernadores y aliados políticos recibían embajadas y consulados, independientemente de su experiencia en relaciones exteriores. En este caso, Escandón cuenta con lazos familiares cercanos al liderazgo de Morena, lo que ha reforzado su posición dentro de la estructura de poder del partido.
La decisión llega en un contexto problemático para Chiapas, donde la violencia ha aumentado considerablemente bajo su gobierno, lo que plantea preguntas sobre su capacidad para gestionar la representación de México en una de las ciudades con una vibrante comunidad hispanohablante y conexiones internacionales significativas. La Cancillería ha enviado los nombramientos al Senado para su ratificación, lo que podría facilitar la formalización de su cargo en Miami si recibe el apoyo necesario.
El discurso de De la Fuente sobre la ética en la diplomacia resuena aún más cuando se considera la forma en que estas designaciones se llevan a cabo, sugiriendo una desconexión entre los ideales que se promueven y las acciones políticas que se implementan.
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