El “Día del Presidente” se celebró en un ambiente que contrastó con concentraciones anteriores de Andrés Manuel López Obrador, quien ofreció su sexto y último informe de gobierno en el Zócalo de la Ciudad de México. A pesar de la significativa asistencia de miles de personas, el evento careció del bullicio característico de sus convocatorias previas, con un Zócalo que no se vio completamente lleno.
Los asistentes, algunos de los cuales llegaron desde la madrugada, se mostraron emocionales y brindaron al presidente despedidas entre aplausos y expresiones de cariño. Sin embargo, la falta de una multitud colmada fue evidente, con espacios vacíos visibles en la plancha del Zócalo, donde se habían dispuesto numerosas sillas.
Los vendedores ambulantes también estaban presentes, comercializando productos relacionados tanto con López Obrador como con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. La situación fue diferente a la de eventos anteriores, donde el Zócalo se llenaba al punto de resultar intransitable, y esta vez se notó un ambiente más tranquilo y organizado, que distó del fervor de otras ocasiones.