La situación descrita refleja una dualidad en la respuesta del gobierno mexicano ante la imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a productos mexicanos. Por un lado, la presidenta Claudia Sheinbaum expresa confianza en la fortaleza de la economía nacional y subraya el apoyo del gobierno hacia los mexicanos en Estados Unidos. Su mensaje enfatiza un modelo de desarrollo que, según ella, favorece a los sectores más vulnerables y promueve el crecimiento económico desde una base sólida.
Por otro lado, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, se reúne con el sector privado, lo que sugiere que hay una preocupación por el impacto de estas medidas arancelarias y una necesidad de colaboración para mitigar sus efectos. Ebrard destaca la importancia de unir fuerzas ante lo que califica como "arbitrariedades comerciales", indicando que el gobierno está tomando medidas proactivas para proteger los intereses económicos del país.
Esta tensión entre la proclamación de una economía fuerte y las acciones de los funcionarios para enfrentar desafíos externos puede reflejar un enfoque estratégico del gobierno para manejar la percepción pública y las realidades económicas en un contexto internacional incierto.