El reciente derrame de jales secos en la presa de la compañía minera Cuzcatlán, operada por Fortuna Mining en Oaxaca, ha generado preocupación y señalamiento por parte de autoridades locales y grupos comunitarios. A pesar de las denuncias sobre la contaminación del arroyo "El Coyote" y la presencia de sedimentos blanquecinos, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) no ha proporcionado información suficiente ni ha tomado acciones claras para investigar la situación.
Las autoridades de Magdalena Ocotlán y San Matías Chilazoa llevaron a cabo recorridos para observar la condición de la causa del arroyo, donde identificaron cambios significativos en la calidad del agua, lo que despertó alarmas en la población local. A raíz de estas indiscreciones, se presentó una denuncia formal ante Profepa, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pidiendo una investigación exhaustiva.
A pesar de las preocupaciones expresadas por las autoridades locales, la Profepa emitió un comunicado indicando que se había verificado el funcionamiento adecuado del depósito de jales secos en la mina y desestimó las afirmaciones de un derrame. Esto ha llevado a la percepción de que hay una falta de atención y responsabilidad por parte de las autoridades ambientales ante una situación que podría poner en riesgo la salud pública y el medio ambiente en la región. La comunidad exige acciones inmediatas y transparencia en la gestión ambiental de la actividad minera.