un total de 12 armas largas, 15 armas cortas, así como una cantidad significativa de municiones y equipo táctico utilizado por los grupos delictivos. Además, se ha logrado la incautación de diversas unidades vehiculares utilizadas para actividades ilícitas.
Leana Ojeda destacó que, a pesar de los esfuerzos del Ejército y las fuerzas de seguridad, la verdadera solución a la violencia en la región requiere la cooperación de la sociedad y la voluntad de los grupos criminales para cesar sus enfrentamientos. Reiteró que el compromiso de las fuerzas armadas es mantener la paz y la seguridad, pero que es fundamental que los conflictos internos entre estos grupos se resuelvan de manera pacífica.
La situación en Culiacán y otras partes de Sinaloa continúa siendo complicada, con una acumulación de violencia que afecta a la población civil. Las autoridades locales y federales están trabajando para fortalecer la estrategia de seguridad, sin embargo, la lucha contra el crimen organizado sigue siendo un desafío constante en la región.
La comunidad espera que estos operativos se traduzcan en una reducción efectiva de la violencia y en un entorno más seguro para todos los habitantes de Culiacán y sus alrededores. La intervención del Ejército, aunque sea una medida temporal, es vista como una respuesta necesaria ante la creciente inseguridad.