El reciente incidente en el que se instaló un altar dedicado a Satanás en el camellón de Canal del Río Churubusco en la Ciudad de México ha generado diversas reacciones entre los vecinos y usuarios de redes sociales. El altar, que incluía una caja de cristal con una escultura del diablo vestido con ropa de la marca Gucci, así como una figura de la Santa Muerte y decoraciones con flores y globos en tonos rojos y negros, fue acompañado por una banda norteña que entonó narcocorridos durante su instalación.
La situación despertó la sorpresa y el malestar de los habitantes de la zona, quienes se manifestaron en línea exigiendo a las autoridades de la alcaldía Iztacalco que retiraran la instalación. En respuesta, el 4 de enero, la alcaldía comunicó a través de sus redes sociales que el altar fue desmontado, subrayando su respeto por todas las creencias, pero también enfatizando que los espacios públicos deben estar disponibles para toda la comunidad y que el altar no contaba con los permisos necesarios para su instalación. Esto refleja un balance entre la libertad de expresión y la regulación del uso del espacio público por parte de las autoridades locales.