El asesinato del sacerdote indígena y defensor de derechos humanos, Marcelo Pérez Pérez, ha suscitado una fuerte reacción por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México. Tras el trágico hecho ocurrido en Chiapas, la CNDH ha solicitado medidas cautelares para proteger a los familiares del sacerdote, dado que podrían estar en riesgo tras su muerte.
A pesar de contar desde 2015 con medidas de protección por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la CNDH ha reconocido que el padre Marcelo enfrentaba serias amenazas vinculadas a la violencia interétnica y la economía criminal en la región de Pantelhó. En respuesta a su asesinato, el organismo ha abierto un expediente de oficio y se ha comprometido a seguir de cerca el desarrollo de la investigación iniciada por las autoridades competentes, para asegurarse de que la labor de Marcelo como defensor de derechos humanos sea considerada en las indagaciones.
Asimismo, la CNDH ha instado a las autoridades en Chiapas a llevar a cabo una investigación rigurosa y pronta que aclare las circunstancias de este homicidio. La Comisión también ha enfatizado la necesidad de combatir las agresiones hacia periodistas y defensores de derechos humanos mediante medidas preventivas eficaces y asegurar que los responsables de tales crímenes sean llevados ante la justicia, evitando así la impunidad.