La situación forense en México es alarmante, con más de 72 mil cuerpos sin identificar desde 2006, lo que refleja la crisis humanitaria provocada por la violencia y la creciente cantidad de personas desaparecidas en el país. Con un total de 115 mil desaparecidos, muchas familias buscan a sus seres queridos sin saber que podrían estar en las morgues, en fosas comunes o refrigeradores bajo la custodia del Estado.
Durante la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, se registraron el 48% de estos casos sin identificar, lo que contrasta con la promesa de su gobierno de hacer de la identificación de cuerpos una prioridad. Esta "crisis forense" ha llevado a miles de familias a recorrer diferentes morgues, enfrentándose a la dura realidad de ver cuerpos violentamente mutilados y sin la posibilidad de obtener apoyo psicológico en este proceso desgastante.
Desde el inicio de la administración actual, más de 51 mil personas han desaparecido, lo que significa que una persona desaparece en promedio cada hora. Este panorama se ha agravado desde el inicio de la “guerra contra las drogas” en 2006, que ha causado un incremento en el número de víctimas, alcanzando cifras sin precedentes.
A pesar de algunas iniciativas, como la identificación de restos de figuras históricas, la falta de recursos y de personal capacitado para abordar el enorme rezago en la identificación de cuerpos sigue siendo una realidad desalentadora. Las cifras reflejan un problema estructural y profundo que requiere atención y acción por parte de las autoridades para dar respuestas a las familias afectadas.