CDMX sin importar las indicaciones, los capitalinos arman baile en las calles de la ciudad.
Ante el cierre inminente de bares y antros, la fiesta, el baile y la bebida, no se detuvieron en la Zona Rosa.
Las cortinas metálicas de los locales se bajaron media hora antes de las 22:00 horas del viernes, pero eso no impidió las aglomeraciones en esta área.
Horas antes, el Gobierno capitalino metió reversa a la reapertura de bares y antros, y ordenó el cierre debido al alza en las hospitalizaciones por Covid-19
Algunos capitalinos apresuraron el trago mientras los meseros limpiaban rápidamente mesas, retiraban los servicios y cerraban cuentas. A las 22:00 horas, los empresarios de este sector habían apagado las luces, no había música, pero la gente no paraba de arribar a la Zona Rosa en busca de un lugar que incumpliera con las medidas y clandestinamente permitiera el acceso.
En su salida, algunos ebrios se toparon a su paso con dos sudamericanos provenientes de Venezuela, quienes sobre la calle de Génova instalaron dos bocinas, un micrófono y un celular para reproducir música salsa, mientras ellos interpretaban clásicos que pusieron a bailar a todos.
Primero fue una pareja quienes abrieron pista. Eso impulsó a otros más para que en la siguiente canción sacaran sus dotes. Una vuelta y otra, los cabellos de las mujeres emperifolladas danzaban bajo los ritmos latinos.
Fuente: El Universal
Las cortinas metálicas de los locales se bajaron media hora antes de las 22:00 horas del viernes, pero eso no impidió las aglomeraciones en esta área.
Horas antes, el Gobierno capitalino metió reversa a la reapertura de bares y antros, y ordenó el cierre debido al alza en las hospitalizaciones por Covid-19
Algunos capitalinos apresuraron el trago mientras los meseros limpiaban rápidamente mesas, retiraban los servicios y cerraban cuentas. A las 22:00 horas, los empresarios de este sector habían apagado las luces, no había música, pero la gente no paraba de arribar a la Zona Rosa en busca de un lugar que incumpliera con las medidas y clandestinamente permitiera el acceso.
En su salida, algunos ebrios se toparon a su paso con dos sudamericanos provenientes de Venezuela, quienes sobre la calle de Génova instalaron dos bocinas, un micrófono y un celular para reproducir música salsa, mientras ellos interpretaban clásicos que pusieron a bailar a todos.
Primero fue una pareja quienes abrieron pista. Eso impulsó a otros más para que en la siguiente canción sacaran sus dotes. Una vuelta y otra, los cabellos de las mujeres emperifolladas danzaban bajo los ritmos latinos.
Fuente: El Universal
Comentarios