El asesinato del subdirector del Centro de Reinserción Social de Manzanillo, Salvador Zaragoza Álvarez, resalta la creciente violencia en Colima, especialmente contra miembros de cuerpos de seguridad y penitenciarios. A la edad de 44 años, Zaragoza fue atacado a balazos frente a su domicilio en un suceso que ha generado diferentes versiones sobre el modo de operación de los agresores, sugiriendo un patrón de ejecución violenta y posiblemente vinculada al crimen organizado.
La rápida movilización de fuerzas del orden en la escena del crimen, que incluyó a policías municipales, estatales, la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina, indica la gravedad del incidente, aunque hasta el momento no se han reportado arrestos. Este evento se suma a una alarmante cifra de al menos 18 asesinatos de personal de seguridad en el año, lo que pone de manifiesto un entorno de riesgo elevado para quienes trabajan en estas áreas en Colima, particularmente en Manzanillo, que ha visto múltiples incidentes violentos recientes.
El cierre de la calle Primavera del Barrio II del Valle de las Garzas refleja la respuesta inmediata de las autoridades para asegurar la zona y facilitar la investigación del ataque. La falta de información oficial en las primeras horas tras el ataque también es un indicativo de la complejidad de la situación actual en la región. En consecuencia, la necesidad de estrategias efectivas que aborden la violencia sistemática en Colima se vuelve cada vez más apremiante.