El presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado su descontento con las declaraciones del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, respecto a la reforma del Poder Judicial en el país. López Obrador calificó las palabras de Salazar como una "burda actitud intervencionista" y envió una nota de extrañamiento al gobierno de Joe Biden, señalando que el embajador actúa como vocero de un departamento que debería respetar la soberanía mexicana.
López Obrador subrayó que la reforma judicial es un asunto que corresponde a los mexicanos resolver y que no aceptará la injerencia de representantes de gobiernos extranjeros. Afirmó que su relación con Biden, a quien considera una "muy buena persona", debe basarse en el respeto y la igualdad, mencionando que, a pesar de las diferencias, la administración de Biden ha mantenido un enfoque más respetuoso que el gobierno anterior de Trump.
El mandatario mexicano también hizo una crítica más amplia sobre la historia de injerencias de Estados Unidos en México, señalando que Estados Unidos ha preparado a jóvenes mexicanos en sus universidades con el objetivo de que lleguen a ser líderes en su propio país, promoviendo políticas que benefician a intereses extranjeros. López Obrador se comprometió a que su gobierno no se someterá a ninguna potencia extranjera y que la decisión sobre las políticas que competen a México corresponde únicamente a los mexicanos.