La propuesta del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, de tipificar como terrorismo las acciones de grupos criminales en México ha provocado una respuesta contundente por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. En su conferencia de prensa, el mandatario cuestionó los orígenes de esta propuesta, sugiriendo que puede ser influenciada por intereses extranjeros, similar a las intenciones del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
López Obrador citó una parte de una discusión en el Senado donde Cortés hacía una serie de preguntas sobre la posibilidad de clasificar los actos del crimen organizado como terrorismo, lo que podría facilitar la intervención de agencias internacionales en México. El presidente expresó su preocupación por lo que considera una invitación a la injerencia extranjera en asuntos soberanos de México, sugiriendo que esto abriría la puerta a la intervención de organizaciones como el FBI o la DEA, así como de otros países como Rusia o China.
Este intercambio resalta la complejidad de la seguridad en México y la tensión entre las políticas nacionales y las influencias externas. La propuesta de Cortés podría ser vista como un intento por abordar la creciente violencia y los problemas de seguridad, pero también plantea cuestiones sobre la soberanía y el control nacional sobre asuntos relacionados con el crimen organizado. La discusión continúa generando debate en la esfera política y entre la opinión pública sobre la mejor manera de enfrentar estos desafíos en México.