El aumento en el servicio de urgencias en el Instituto Nacional de Pediatría (INP) durante las festividades navideñas y de fin de año, con un incremento de entre el 10% y el 15% en casos de quemaduras, resalta los peligros asociados con la manipulación de pirotecnia. Según Luis Ramiro García López, especialista del INP, los daños por el uso de cohetes y fuegos artificiales pueden ir desde quemaduras superficiales hasta lesiones graves que pueden resultar en la pérdida de extremidades o de la vista.
El riesgo se presenta especialmente entre los niños de 3 a 12 años, quienes son los más afectados por estos incidentes. García López enfatiza que es crucial que los niños no manipulen estos artículos, ya que muchas veces son considerados como juguetes, una percepción que también debe cambiar en los padres, quienes a menudo financian la compra de pirotecnia.
Se advierte que las explosiones pueden causar daños en los ojos, especialmente en la retina, así como en el oído, donde la presión de la explosión puede reventar la membrana del tímpano, poniendo en riesgo la audición de forma permanente. Por lo tanto, la recomendación más importante es que los adultos se aseguren de que los niños no tengan acceso a fuegos artificiales, fomentando un ambiente seguro durante estas celebraciones.