Hace unos días me encontraba revisando el incremento de las viviendas en la CDMX después del sismo del 2017, contrario a lo que pensé sobre que el costo se volviera más barato por la zona sísmica en la que nos encontramos, resulta que vivir en la Ciudad es un 20% más caro que hace tres años, según el Índice de Precios de la Vivienda en México1 .
Y entonces comencé a hacer un análisis cultural de esos que se te ocurren a la 1:00 a.m.: pensaba en lo que las generaciones pasadas no se cansan de repetirnos, sobre la independencia que tenían a nuestra edad, su solvencia económica y vida casi resuelta casi casi solo esperando a morir; y me fue inevitable pensar ¿Cuánto dinero le dio Infonavit a mi papá para comprar una casa de dimensiones decentes cuando yo era pequeña? ¿Cuánto dinero me prestan a mí o a cualquier otra persona para hacer eso el día de hoy?
Cuando era niña, vivía en la frontera del país y me tocó acompañar a mis papás a cambiar pesos por dólares: un dólar valía tres mil pesos, era algo que tenía muy presente porque ayudaba a contar el dinero a la hora de hacer el cambio. Anecdóticamente puedo contarles que mis padres le regalaron un billete de 100 dólares en ese entonces a mi hermana… aun lo conserva. Después se vino la devaluación de 1994, ya no eran 3 mil pesos, eran tres nuevos pesos; y un día el cambio fue por cinco pesos y así hasta llegar a los 19 pesos hoy en día; o sea que estamos hablando que, de 1994 hasta hoy, nuestra moneda se devaluó frente al dólar en un 633%.
Y entonces comencé a hacer el recuento de mis primeros años como compradora, aunque en ese entonces era la que le hacía los mandados a mamá: y me acordé de la leche. Recuerdo que me mandaban a comprarla y que el envase tetra pack de Lala decía 3.50 pesos, la semana pasada fui al súper y la leche que consumimos el día de hoy, cuesta 27 pesos el litro, o sea un 771% más cara. ¿Seguimos? ¡El boleto del metro! 50 centavos … 1000% más caro; kilo de tortillas 1 peso… 1400% más caro.
Para el análisis, comento que, en los noventa, el salario mínimo era de 18.78 pesos en promedio de las tres zonas geográficas2, y digo que no tiene mucho caso el tomarlo en cuenta porque las empresas realmente nunca han utilizado esta medida en los contratos laborales, ¿o usted recuerda cuantos salarios mínimos cobra al día? Según el INEGI, en 1994 se necesitaban 195.70 pesos para comprar una canasta básica mensual3, ¿hoy con cuanto compra la despensa mensual?
Regresando al tema de la vivienda, mi papá compró casa a través de Infonavit hace 30 años, con un préstamo de 400,000 pesos, el día de hoy, la mayoría de las viviendas se tienen que comprar con hipoteca o haciendo una mezcla de recursos, porque el dinero que te presta Infonavit, Fovissste, etc; no alcanza ya que los créditos al trabajador como el salario, se han depreciado, a menos que te quieras ir a vivir a otro estado.
Como conclusión de mi viaje ácido, es tanta la devaluación de nuestra moneda, del ingreso para el bienestar mínimo, es tanta la inflación, que nos es imposible a las nuevas generaciones el soñar con estabilidad económica (si se le puede llamar así) de la que gozaron nuestros padres y abuelos. Pagamos más por las cosas, pero ganamos casi lo mismo de hace 25 años. Algunos podrán decir que, en efecto, ganan más que sus papás, sin embargo, les aseguro que no se dedican a lo mismo que ellos y para demostrar es diferencia, pueden consultarlo en la página del Inegi y darse cuenta de cuanto ganaba un profesionista en su carrera por esos años y cuanto ganan hoy ustedes.
Y esto no solo aplica para aquellos que piensan en crecer económicamente, independizarse, compra carro, casa que sé yo; lamentablemente cuenta y pesa aun más para las familias más pobres del país, aquellas que el día de hoy no tienen un ingreso estable o se dedican al comercio, creo que son las más afectadas y olvidadas. Es por eso por lo que pienso que cuando el gobierno nos habla de programas sociales de dádivas económicas, realmente no entiende el grado de daño al ingreso de las familias mexicanas, creyendo que con 1,000 pesos una familia puede vivir, en lugar de hacer su trabajo como regulador de la política económica del país.
Pero es más fácil solucionar el conflicto “regalando dinero” que tomar la responsabilidad y ser un líder que asume las consecuencias de las acciones que toma, y lo digo de 1970 a la fecha, sin eximir a nadie de sus culpas.
LinkedIn: Diana Jael Gómez Ángeles
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1https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/590914/2020_III_ZM_publicar.pdf
2https://salariominimo.com.mx/salario-minimo-historico/, para este número se tomó en consideración los valores en toda la década.
3http://mexicomaxico.org/Voto/SalMinIPCA.htm
