Walgreens ha anunciado su plan para cerrar alrededor de 1,200 establecimientos en los próximos tres años como parte de una estrategia para reconvertir su negocio en dificultades. Esta decisión surge ante los problemas financieros que enfrenta la cadena, incluidos los bajos márgenes de reembolso por medicamentos con receta y el aumento de costos operativos.
Para el año fiscal actual, se anticipa que se cerrarán aproximadamente 500 tiendas, lo que se espera que proporcione un ajuste inmediato en las ganancias y el flujo de caja. La empresa, con sede en Deerfield, Illinois, también ha decidido dar marcha atrás en sus planes de expansión de clínicas de atención primaria que habían sido implementados bajo la dirección de su anterior CEO, Rosalind Brewer.
Además, Walgreens está revisando su negocio de salud en Estados Unidos y considera la posibilidad de vender su división de clínicas VillageMD, poco después de haber anunciado inversiones significativas en esta área. En un intento por mejorar su situación financiera, la compañía comenzó el 2024 reduciendo el dividendo a los accionistas para generar más efectivo y también revisó a la baja sus expectativas de resultados para el año fiscal 2024.
Estos pasos forman parte de un esfuerzo más amplio de Walgreens por adaptarse a un entorno comercial desafiante y restaurar la rentabilidad.