El éxito de "Joker" ha dejado una huella significativa en el panorama del cine contemporáneo, especialmente en la industria relacionada con los superhéroes, que tradicionalmente se asocia con un estilo más ligero y entretenido. La película, que exploró temas oscuros como la salud mental y la violencia, no solo alcanzó cifras impresionantes de taquilla, sino que también provocó un amplio debate sobre su contenido y el mensaje que podría transmitir.
Desde antes de su estreno, la película generó controversias que reflejaron preocupaciones sobre cómo el público podría reaccionar ante una historia tan perturbadora. Discusiones sobre la posible glorificación de la violencia y el riesgo de que ciertos grupos, como los 'incel', se identificaran con el protagonista fueron comunes en los círculos de crítica y entre el público. Esta tensión cultural marcó un punto de inflexión en cómo se perciben las películas de superhéroes, creando un precedente para narrativas más complejas y matizadas dentro del género.
La sorprendente acogida de "Joker" en el Festival de Cine de Venecia, donde ganó el León de Oro, fue una victoria tanto para Phillips como para el estudio Warner Bros. y DC, quienes decidieron arriesgarse al lanzar una película de cómics de una manera que desafiaba las normas establecidas. Este enfoque inesperado llevó a que "Joker" fuera vista como una obra de arte seria que merecía un lugar entre las principales contenderas de premios, en lugar de ser relegada a la categoría de entretenimiento primario.
Con su secuela, "Joker: Folie à Deux", que también se presentará en Venecia, hay inquietud sobre cómo continuará explorando estos temas, así como el efecto que tendrá en las discusiones culturales y la industria cinematográfica en general. La película original, a pesar de las críticas y el debate, logró un impacto duradero y un cambio en la percepción de lo que puede ser una película de cómics, y su secuela seguramente estará bajo el mismo escrutinio.