Los Texans de Houston lograron una victoria impresionante en la ronda de comodines al derrotar a los Chargers de Los Ángeles con un marcador de 32-12. Este triunfo se destacó no solo por la victoria en sí, sino por el rendimiento excepcional de la defensa de Houston, que forzó un total de cuatro intercepciones al quarterback Justin Herbert.
Derek Stingley, el cornerback All-Pro, fue clave en la actuación defensiva, registrando dos de las intercepciones. Además, Eric Murray regresó una de esas intercepciones para un touchdown, lo que contribuyó significativamente al marcador. C.J. Stroud, el quarterback de los Texans, también hizo su parte al lanzar un pase de anotación.
El desempeño de Houston refleja su meta de forzar al menos tres balones perdidos por partido, una cifra que superaron con creces en este encuentro. La estadística muestra que los quarterbacks tienen un récord desfavorable cuando son interceptados en múltiples ocasiones, lo que subraya la importancia de proteger el balón. Herbert reconoció su error, lamentando haber puesto a su equipo en una situación difícil al regalar cuatro balones.
Con esta victoria, los Texans (11-7) avanzan a la siguiente ronda de la postemporada, marcando su segundo año consecutivo ganando en la primera ronda, tras un triunfo similar la temporada pasada contra Cleveland.