Elon Musk, el magnate sudafricano y actual CEO de Tesla, enfrenta una serie de desafíos significativos que han impactado negativamente su imperio empresarial. A lo largo de 2025, las acciones de Tesla han sufrido una caída considerable, bajando un 45% en tres meses y alcanzando un nivel mínimo desde octubre de 2023. Esta caída se ha visto exacerbada por un cambio en la percepción del mercado sobre su papel en la industria automotriz, mientras que las ventas globales también enfrentan una disminución.
Las dificultades de Musk no son solo financieras; también ha sido objeto de protestas y vandalismo, en gran parte debido a su asociación con la administración de Donald Trump. Musk, quien invirtió al menos 200 millones de dólares en la campaña de Trump, ha visto cómo su imagen se ha visto afectada, resultando en manifestaciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Las salas de exposición de Tesla han sido blanco de ataques, y algunos propietarios han optado por poner mensajes en sus vehículos para distanciarse de la controversia asociada con Musk.
Estos acontecimientos reflejan una interacción compleja entre la esfera empresarial y la política, y cómo las acciones de un individuo altamente visible como Musk pueden tener repercusiones significativas en su negocio y reputación.