CDMX
Tepito sin receta ...
Medicamentos de uso controlado están a la vista del paso desordenado de los visitantes en las calles Florida, Caridad, Obreros, González Ortega y Díaz de León, de la colonia Morelos, en Cuauhtémoc, zona conocida por comerciantes y compradores como Tepifarma, donde encuentras de todo. Pero si en el puesto no está a la vista el vendedor ofrece buscarlo. Antes, pregunta: ¿Te lo vas a llevar, para conseguirlo, si no qué caso tiene?
Por ejemplo, buprenorfina, nombre de la sustancia activa del medicamento genérico en la presentación de seis ampolletas, de 0.3 mg/1ml, se puede adquirir en 150 pesos, sin importar que la caja tenga la leyenda Propiedad del sector salud. Queda prohibida su venta; incluso la expendedora ofrece mejorar el precio en la compra de más de tres.
Eso sí, por por el momento no hay en existencia en su presentación de patente como la que vende la farmacia San Pablo con el nombre Brospina, a 430 pesos con 50 centavos, o Temgesic, con precio de 747 pesos.
La vendedora de la farmacia San Pablo solicita como requisito para su venta entregar la receta con fecha, nombre, firma, cédula del médico, nombre comercial –no genérico– del medicamento, la presentación del producto y la dosis indicada para el paciente, la dirección del consultorio y presentar una identificación oficial.
Otros productos de uso exclusivo del sector salud que son controlados y recetados a pacientes con cáncer y que se pueden conseguir en Tepito son clonazepam en presentación de 30 tabletas, por 50 pesos, o en frasco de 10 mililitros, en 100 pesos, los cuales una vendedora lo ofrece con total desconocimiento, al señalar que son gotas para los ojos.
A diferencia de buprenorfina, de este producto en las calles de Tepito sí hay de patente, pero el costo asciende a 250 pesos, mientras en la farmacia San Pablo se encuentra desde 221, 337 y 381 pesos, según el laboratorio.
En un recorrido por Tepito se constató que hay un sinfín de medicamentos para diversos padecimientos como hipertensión o diabetes, entre los que se encuentran losartán, telmisartán y metformina, además de antibióticos como ceftriaxona.
Así también: pravastatina, tramadol-paracetamol, ibuprofeno, omeprazol, Ssenósidos A y B, ácido fólico, paracetamol, diclofenaco, naproxeno y ketorolaco, algunos exhibidos en el piso, otros en medio de cremas cosméticas, junto a aparatos para medir la temperatura, la glucosa o la presión, o bien en medio de frascos de café y latas de leche en polvo.
Sobre la calle Caridad aparece la formación de unos 20 uniformados del sector Orca de la Secretaría de Seguridad Ciudadana local, que sólo hacen presencia y pasan sin detenerse, sólo un elemento se rezago para preguntar por un cubrebocas que le llamó la atención.
Un comerciante ubicado en la calle Obreros, esquina con Caridad, dijo que los policías son amigos; ellos avisan cuando se dejan venir en algo grande. Entonces, ya no ponemos nada, pero estamos tranquilos.
Al preguntarle si venden la vacuna contra la influenza, respondió que no, pero no porque no la puedan conseguir, sino porque es mucha lata, necesita mucho cuidado, hay que tenerla a cierta temperatura, con hielo, luego la gente no la quiere.
Define que Tepito es un lugar de trabajo que da de comer a todos y donde nadie muere de hambre. En eso pasa un joven cargando tres grandes cajas de cartón y le pregunta: ¿Qué llevas?, el hombre responde que cajas, pero el vendedor de medicamentos revira: ¡No, guey!, al momento que hace una seña con la mano derecha para indicar que se trata de dinero.
El joven recolector de cartón entiende el mensaje y presume, mientras sonríe, que le pagaron 900 pesos por lo que recogió de cartón en menos de dos semanas.
Aunque en las calles de Tepito hay de todo, lo que no se encuentra son medidas sanitarias para sobrellevar la nueva normalidad y evitar contagios de Covid.
Fuente: La Jornada
Por ejemplo, buprenorfina, nombre de la sustancia activa del medicamento genérico en la presentación de seis ampolletas, de 0.3 mg/1ml, se puede adquirir en 150 pesos, sin importar que la caja tenga la leyenda Propiedad del sector salud. Queda prohibida su venta; incluso la expendedora ofrece mejorar el precio en la compra de más de tres.
Eso sí, por por el momento no hay en existencia en su presentación de patente como la que vende la farmacia San Pablo con el nombre Brospina, a 430 pesos con 50 centavos, o Temgesic, con precio de 747 pesos.
La vendedora de la farmacia San Pablo solicita como requisito para su venta entregar la receta con fecha, nombre, firma, cédula del médico, nombre comercial –no genérico– del medicamento, la presentación del producto y la dosis indicada para el paciente, la dirección del consultorio y presentar una identificación oficial.
Otros productos de uso exclusivo del sector salud que son controlados y recetados a pacientes con cáncer y que se pueden conseguir en Tepito son clonazepam en presentación de 30 tabletas, por 50 pesos, o en frasco de 10 mililitros, en 100 pesos, los cuales una vendedora lo ofrece con total desconocimiento, al señalar que son gotas para los ojos.
A diferencia de buprenorfina, de este producto en las calles de Tepito sí hay de patente, pero el costo asciende a 250 pesos, mientras en la farmacia San Pablo se encuentra desde 221, 337 y 381 pesos, según el laboratorio.
En un recorrido por Tepito se constató que hay un sinfín de medicamentos para diversos padecimientos como hipertensión o diabetes, entre los que se encuentran losartán, telmisartán y metformina, además de antibióticos como ceftriaxona.
Así también: pravastatina, tramadol-paracetamol, ibuprofeno, omeprazol, Ssenósidos A y B, ácido fólico, paracetamol, diclofenaco, naproxeno y ketorolaco, algunos exhibidos en el piso, otros en medio de cremas cosméticas, junto a aparatos para medir la temperatura, la glucosa o la presión, o bien en medio de frascos de café y latas de leche en polvo.
Sobre la calle Caridad aparece la formación de unos 20 uniformados del sector Orca de la Secretaría de Seguridad Ciudadana local, que sólo hacen presencia y pasan sin detenerse, sólo un elemento se rezago para preguntar por un cubrebocas que le llamó la atención.
Un comerciante ubicado en la calle Obreros, esquina con Caridad, dijo que los policías son amigos; ellos avisan cuando se dejan venir en algo grande. Entonces, ya no ponemos nada, pero estamos tranquilos.
Al preguntarle si venden la vacuna contra la influenza, respondió que no, pero no porque no la puedan conseguir, sino porque es mucha lata, necesita mucho cuidado, hay que tenerla a cierta temperatura, con hielo, luego la gente no la quiere.
Define que Tepito es un lugar de trabajo que da de comer a todos y donde nadie muere de hambre. En eso pasa un joven cargando tres grandes cajas de cartón y le pregunta: ¿Qué llevas?, el hombre responde que cajas, pero el vendedor de medicamentos revira: ¡No, guey!, al momento que hace una seña con la mano derecha para indicar que se trata de dinero.
El joven recolector de cartón entiende el mensaje y presume, mientras sonríe, que le pagaron 900 pesos por lo que recogió de cartón en menos de dos semanas.
Aunque en las calles de Tepito hay de todo, lo que no se encuentra son medidas sanitarias para sobrellevar la nueva normalidad y evitar contagios de Covid.
Fuente: La Jornada
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