El caso de la desaparición de Ricardo Arturo Lagunes Gasca y Antonio Díaz Valencia ha generado una creciente preocupación entre familiares y defensores de derechos humanos en México. A dos años de su desaparición, aún no se han presentado avances significativos en la investigación que permita esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los responsables. Este hecho subraya las serias irregularidades en el proceso de búsqueda e investigación, así como la falta de una estrategia integral para abordar el caso.
La desaparición de estos activistas, quienes estaban involucrados en temas de defensa de derechos humanos y comunidades indígenas, evidencia un contexto de violencia sistemática contra defensores de derechos humanos en el país. Según la organización Global Witness, México ha visto el asesinato de 203 defensores ambientales en un periodo de 11 años, destacando la preocupante cifra de 26 casos de desaparición forzada, de los cuales 21 ocurrieron en el estado de Michoacán.
Los familiares de Lagunes y Díaz continúan haciendo un llamado al Estado para que reconozca la desaparición como un acto de desaparición forzada, incremente las líneas de investigación, y mejor aún, colabore con expertos independientes en la materia. Esto no solo para buscar justicia por sus seres queridos, sino para abordar de manera más amplia el problema de la violencia contra defensores de derechos humanos en México.